El futuro empieza hoy. Los emprendedores de 4º de la ESO han elaborado un “currículum ficción” imaginando con todo detalle qué estudios seguirían, en qué empresas harían prácticas, qué formación complementaria realizarían o a qué puestos optarían, si se guiaran por aquello que más les apasiona.
Las opciones son tantas como alumnos hay en clase. José Alberto quiere conducir ambulancias; Jhoan sueña con hacer cortes de pelo vanguardistas y después establecer un negocio propio; Juan quiere enseñar arte; a Greta le encanta la artesanía de la madera y la música y querría combinar ambas vocaciones en un mismo trabajo, que probablemente tenga que inventar ella misma. Rubén aspira a vender inmuebles, como su hermana. Arnold, quiere trabajar en el campo criando animales, como ha hecho su abuelo en Honduras toda su vida. A Khansa le ilusiona coser bonitos vestidos con telas preciosas como las que se usan en Pakistán, en compañía de su madre y su cuñada. Freddy, que es un vendedor nato, lo tiene todo para convertirse en el Marco Polo del siglo XXI. Y Diego se debate entre la informática, para diseñar videojuegos, y la mecánica del automóvil.
Como los sueños necesitan pasar por el filtro de la realidad para materializarse, estos alumnos han superado una entrevista de trabajo basada en ofertas reales, realizadas por profesores del colegio, que se han prestado con generosidad a ponerse en la piel de empresarios o especialistas en recursos humanos.
Nos hemos movido entre los sueños y la ficción, pero no hay duda de que los nervios eran reales.